domingo, 5 de agosto de 2018

El graffiti es arte (O de cómo Avelina Lesper nos la pela)

Fue en sexto de primaria que conocí la palabra "graffiti" por medio de un amigo. De allí comencé a investigar qué era eso, comprando la revista Graffiti (Que era para mayores de 18 años pero pues mira tú) y usando internet para aficionarme aun más. Eventualmente, hice mis primeros bocetos y en tercero de secundaria rayé bastante mi secundaria a base de taggs. No lo negaré, me encantaba la sensación de pintar y de estar en riesgo de meterme en problemas -que sí, llegado cierto punto me metí en ellos aunque no fuesen muy graves-. Si bien tiene varios años ya que no pinto ninguna pared, mi gusto por crear bocetos, taggear mis cuadernos y apreciar cuanto graffiti veo en la calle ha continuado.

Mi interés por el graffiti y el hip-hop en general ha hecho que haya visto varias películas, documentales, leído artículos y demás cosas, por lo que la discusión sobre si el graffiti es arte no me es ajena. Afortunadamente, hoy que el debate se ha reavivado con fuerza gracias a la pieza en que Neón y Mufor colocaron la leyenda "¡Avelina Lesper me la pelas!" y esta crítica de arte la usó como excusa para discutir las cualidades artísticas del graffiti, me encuentro en un punto en que tengo tres pesos más de razonamiento y sé algunas cositas del arte en general.


Algo innegable es la actitud de motherfucker que tiene en esta foto. Mis dieces.

Lo primero que debo mencionar es que no soy conocedor de todas las críticas que ha hecho Avelina al graffiti; me centraré por ahora en este artículo que encontré y en una frase que dijo en el debate recién realizado y la cual Siler -famoso graffitero mexicano- citó en Instagram. Lo cierto es que esta entrada no busca directamente atacar los argumentos que haya dado en la discusión -y sólo hablaré en la parte final del artículo porque vaya que hay tela de donde cortar- y tocaré sus puntos sólo de vez en cuando; aquí busco hablar de por qué el graffiti es arte... incluso si Neón no lo cree así.

Post puesto por Neón.

En efecto, según uno de los creadores de la pinta, consideran que su movimiento (el graffiti) no es arte. Sin embargo, no es el primero -y con seguridad no será el último- de los artistas que consideran que lo que hacen no es arte. La cosa aquí es ¿Quién nos dice qué es arte y qué no? Bueno, según mis primeras clases de Teoría de la literatura -en donde nos enfrentamos a esa pregunta-, llegamos al problema de que no existe una sola definición de arte. Ni siquiera las "artes clásicas" suelen tener una definición completamente marcada, pues es difícil definir la literatura misma. Debido a esto, para calificar algo como arte no depende tanto de quién lo esté etiquetando de esta forma, sino en qué definición de "arte" utiliza para considerar que algo lo es o no.

Esto evidentemente parece que traerá consigo una subjetividad tal que todo podría ser considerado arte; para evitar eso, ya no se busca dar definiciones absolutas sino dar elementos que las obras artísticas pueden contener para ser consideradas como tales. Es decir, hay un número de características que dotan a una obra del título de "artística" en tanto tenga más; estas pueden ser la aceptación de los críticos y académicos, formar parte de las artes clásicas o bellas artes, poseer una belleza sin utilidad práctica, etcétera. Soy conciente de que esto empieza a ser muy clavado, así que vayamos con algo un poco más sencillo: las llamadas "bellas artes".

Conocidas por ser una definición clásica y que permea en el imaginario colectivo, nos encontramos con un número que suele limitarse a siete: Literatura, pintura, escultura, música, danza, arquitectura y cine (Ah, el "séptimo arte"). Si bien en ocasiones se añaden algunas otras expresiones, lo cierto es que estas siete han permanecido de manera innamovible desde hace ya bastante tiempo. Por tanto, podemos concluir que todo lo que sea denominado como literatura, pintura, (...) y cine, será por lo mismo una obra de arte; buena o mala, pero obra de arte. Entonces, la cuestión radica en qué puede entrar en la categoría de literatura, pintura y demás.

Afortunadamente parece que la definición de "pintura" es un tanto más simple que la de "literatura", ya que hasta la definición que da Wikipedia es bastante competente:
"La pintura es el arte de la representación gráfica utilizando pigmentos mezclados con otras sustancias aglutinantes orgánicas o sintéticas. En este arte se emplean técnicas de pintura, conocimientos de teoría del color y de composición pictórica y el dibujo. La práctica del arte de pintar consiste en aplicar, en una superficie determinada —una hoja de papel, un lienzo, un muro, una madera, un fragmento de tejido, etc.— una técnica determinada, para obtener una composición de formas, colores, texturas, dibujos, etc. dando lugar a una obra de arte según algunos principios estéticos."
Siguiendo esta definición, no resultará muy complicado entender que el graffiti cumple a la perfección con ella; claro, habrá pintas que fallen en los conocimientos de teoría del color o en los elementos de la composición, por lo que no resultará muy agradable y entonces sea una mala pintura -y por tanto, una mala obra de arte- pero seguirá siendo artístico. La razón entonces de que haya tantas personas que no lo consideren así se debe al contexto en que se encuentra -estando en las calles- y a la ilegalidad con la que la mayoría son hechos.

La primera parte, el contexto, se puede eliminar como argumento con gran facilidad; un graffiti colocado en una galería de arte en vez de en las calles haría que fuese comprendido con menor dificultad como arte. Por poner un ejemplo, esta pintura del magnífico Odeith:

Foto de su Instagram: @Odeith

Ahora bien, con respecto a la ilegalidad surgen dos problemas: primero, la ilegalidad por sí misma que hace que el graffiti sea visto únicamente -ojo, ÚNICAMENTE- como vandalismo y el segundo es que las pintas evidentemente no pueden tener el mismo nivel de detalle que una legal, debido a que son realizadas en un periodo muy corto de tiempo, con la presión de que pueden ser descubiertos y a menudo se hacen en la noche, con poca luz; esto significa que las piezas ilegales estarán dentro de la categoría de bombas/pompas, potas/vomitadas y taggs unicamente (Si a alguien le interesan conocer más de los estilos de graffiti que existen, este post les puede ser util). Sin embargo, siguen habiendo pintas ilegales en estos estilos que resultan agradables a la vista y en una galería, con un marco bonito alrededor y sabiendo que fueron hechas de forma legal, serían consideradas arte sin mayor problema. Como ejemplo, esta bomba de Siler:

Foto de su Instagram: @Siler

El asunto con las potas y con los taggs es que quizá es más difícil considerarles pinturas. Las potas no buscan ser bonitas visualmente tanto como aparecer en cantidades gigantescas, lo cual tiene un valor especial dentro del graffiti: ser aquel que más pinta y más aparece. Como ejemplo, el mítico Zombra que con un estilo que no es del agrado de muchos, es prácticamente imposible vivir en la CDMX y nunca haberlo visto:

Pota y tagg de Zombra; foto aparecida en este artículo

Zombra llega incluso a mezclar la sencillez y bombardeo de la pota con las firmas básicas del tagg. Sé que muchos odiarán esta imagen pero a mí me fascina:

Foto de la cuenta de Instagram @streetactivelifestyle

Normalmente el tagg aunque aparece con mucha frecuencia en las ciudades debido a la rapidez con que puede realizarse, tiene una estilización de las letras y los elementos aledaños que busca ser estéticamente agradable a la vista; por ello creo que los taggs son más fáciles de considerar pintura que las potas pero eso seguirá siendo un tanto subjetivo. Pongo uno de mis favoritos, el de Earsnot:

Foto sacada de la cuenta de Pinterest @ianturowski

Ahora bien, podemos volver al asunto de que la ilegalidad dificulta considerar al graffiti como arte -teniendo ahora mismo a Avelina Lesper como ejemplo máximo-, pero es importante recordar algo: el vandalismo o la ilegalidad no son antónimos del arte, por lo que puede haber arte ilegal. Basta con recordar que han habido libros perseguidos y prohibidos por diversos gobiernos, lo cual es fácilmente entendible como arte vandálico. Si en algún país se implementara la ley de la película Footloose en donde se prohibe bailar y alguien montase con maestría una obra de ballet, sería arte ilegal. El graffiti no es una excepción; tal como lo define Lama según este artículo, "el graffiti es el lado más artístico del vandalismo o el lado más vandálico del arte".

Otra manera de comprender que lo vandálico no niega las características artísticas de una obra se encuentra en imaginar que alguien pintara de manera ilegal una obra que bien podría ser tanto por estilo como por calidad una pintura de Da Vinci, Miguel Ángel o Bernini ¿Dejaría de ser arte por haber sido pintada de manera ilegal?

Con estos elementos, yo veo al graffiti como una expresión artística sin importar su ilegalidad. No digo que esté bien y que todos debamos aceptar que alguien pinte nuestras casas sin permiso, sencillamente que no se puede negar sus elementos artísticos... Pero ahora vayamos con el post de Avelina, que aquí es donde empieza la verdadera lluvia de mierda.

Lo primero es aclarar que yo no me siento cómodo con aquellos que rayan otras obras, "edificios antiguos, lugares que tienen un valor arquitectónico" y mucho menos los que pintan zonas arqueológicas. Me parece que existen muchos otros spots como para manchar obras ya creadas. No obstante, a partir del segundo párrafo tenemos joyita tras joyita:

  • "La complacencia políticamente correcta ampara a estos individuos que carecen de cualquier estudio en arte y que no se están expresando, están haciendo uso de la fuerza para cometer un delito". Hay muchos artistas que no han tenido estudios en arte; Tarantino mismo nunca tomó clases profesionalmente de cine y es uno de los directores más aclamados, así que ese argumento es bastante falaz. Además, lanza la negación del arte por ser un delito, cosa que ya desmentí, al mostrar que son dos cualidades que no se niegan entre sí.
  • "La firma, nombre o garabato de una banda o individuo carecen de cualquier valor social o artístico, a la población no le interesa saber que ese elemental grafismo involucra a un grupo". Que carece de valor social puede ser verdad en muchas ocasiones -recordemos que otras tantas puede tener una utilidad de crítica, dependiendo de la pieza-, pero no son pocas las obras artísticas que carecen de valor social. Ahora, el valor artístico se le es dado según el estilo, los colores y los mismos elementos que se analizan en una pintura. Por último, el interés nulo que tenga la población es una generalización, debido a que habemos personas que realmente estamos interesados por saber en dónde ha pintado Siler, Zombra, Kubo o cualquier otro graffitero.
  • "degradan la visión del paisaje urbano". Recuerdo la opinión de algún graffitero que dio en la revista "Graffiti" -lamentablemente no he podido encontrarla, por lo que no sé quién- pero decía que él prefería ver pintas feas que estuvieran manchando la ciudad que verlo todo gris. Opinión que comparto. Ojo, que no todo el graffiti es feo como hemos podido ver, por lo que esa degradación de la visión del paisaje urbano parece venir más de una falta de comprensión del graffiti que tiene Avelina y da como resultado que no le guste más que del graffiti en sí mismo.
  • "Es inútil hacer un análisis artístico de un graffiti, es como analizar el valor literario de un chiste twitter viral, tienen nulo nivel creativo e intelectual,  esto es un asunto de convivencia social y legalidad". De nueva cuenta, antagonizar "arte-vandalismo" y tratar de denigrarlo por medio de una comparación. Lo que es más, como estudiante de literatura hispánica, soy conciente de que sí se puede analizar el valor literario de un chiste de Twitter con base en los recursos retóricos que utilice y demás. Pero vamos, que yo no me llamo Avelina Lesper y no soy famoso por dar "críticas mordaces" así que no sé, mi opinión lo mismo vale verga aunque esté fundamentada jeje
  • "Las prohibiciones causan disgusto, así que podrían implementar una medida que al menos les genere molestias: prohíban la venta de pintura en aerosol". Dice que las prohibiciones causan disgusto, así que no hay que causar disgusto prohibiendo pintar. Mejor hay que prohibir la pintura. Ehr... ¿La segunda prohibición no causaría disgusto acaso? Pero vamos... lo de prohibir la venta de pintura en spray lo tocaré ahora.
  • "La pintura envasada en aerosol daña muy seriamente a la salud y es el único material que utilizan los graffiteros sub-pensantes". Wow, wow, cuanta agresividad, la puta madre. Que la pintura provoca daños a la salud es verdad -se recomienda el uso de una mascarilla siempre-. Sin embargo, no es el único material que utilizan los graffiteros. Tenemos plumones, stickers, aerógrafos, sténcils...
  • "la prohibición de la venta y distribución de este tipo de pintura haría que en el contrabando costaran mucho más". Ya, es cierto, igual que en Estados Unidos ocurrió con el alcohol hace muchos años y en Latinoamérica ha sucedido con las drogas y vamos, todo perfecto... dejando de lado la creación de mafias y carteles con las consecuentes olas de violencia, claro. Pero vamos, que esto es como querer prohibir los cuchillos porque alguien apuñaló a otra persona con uno. Las latas de spray tienen un uso que es el de pintar; que las usen para hacerlo de forma ilegal no es responsabilidad de las empresas que las crean. Lo que es más, en esta línea del tiempo vemos que la lata de spray fue creada en 1949 y el primer graffitero es acreditado hasta 1967. Imagino que durante esos 18 años hubieron personas que hicieron algo con esa pintura si entonces no había graffiti ¿No? Finalmente, no olvidemos que hay bastantes pintas hechas con aerosol de manera legal... A mí no me gustaría que por prohibir la venta de latas de spray nos quedáramos sin las pintas de, por ejemplo, el grandísimo Noble:
Foto de su Instagram: @andrik_noble

Finalmente, hacerle saber a cualquier persona que esté en contra del graffiti que tiene razones para estarlo -principalmente contra el ilegal; no sé qué razones tendría alguien para odiar en general las pintas legales- y que no le culpo por detestar que alguien pinte su casa y demás. Sin embargo, el graffiti no puede ser detenido; como alguien que lo practicó -aunque en poca cantidad y menor calidad aún-, sé que los graffiteros ilegales buscan una emoción que únicamente se encuentra en realizar un acto ilegal pero que no dañe a nadie (Sí, te podrá haber rayado la fachada pero no te lastimó a ti como persona directamente. Puede que a tu bolsilo pero dudo mucho que alguien que se encuentre en una situación precaria prefiera gastar su dinero en repintar su casa que en, no sé, comer). 

El graffiti YA es ilegal en muchos estados; en esta página gubernamental de la Ciudad de México, el artículo 26-V dice que se considera como infracción contra el entorno urbano el pintar fachadas sin permiso expreso (entre otro montón de choro legal). Esto no es algo recién implemetnado y aún así no han cesado ni cesarán las pintas. En New York, en 1978 se aprobaron leyes muy fuertes en contra del graffiti que aunque disminuyeron el número de piezas, distaron muchísimo de haber acabado con ellas.

Se pueden emprender todas las guerras que se quieran contra el graffiti, ya sean legales o ideológicas, que nunca lo cesarán. Al final, Avelina se quedará con su idea de que "el graffiti no es arte; es un actovandálico realizado por descerebrados" mientras que todos los graffiteros y fan de tal arte compartiremos las ideas de Neón y Mufor: ¡Avelina Lesper nos la pela!

sábado, 4 de agosto de 2018

El arte de una escena: The Shape of Water

A inicios de este año se estrenó en México "The Shape of Water" (La forma del agua), película dirigida por Guillermo del Toro y que resultaría ganadora del Oscar a Mejor Película (y de otras tres estatuillas). La vi en su momento y me pareció una película buena aunque con elementos reciclados de cintas anteriores de Del Toro, razón por la que me resultó un film que pudo explotarse mejor -la califiqué como un 8- y no la veía como favorita a llevarse el galardón de la Academia. Sin embargo, esto no quita todos los elementos de altísima calidad que presentaba y, en especial, quiero hablar de un acierto magnífico que tuvo el director partiendo de una escena: El incómodo sexo entre los personajes de Michael Shannon y Lauren Lee Smith.

Es recomendable que hayan visto ya la película, ya que voy a hacer algunos SPOILERS que aunque no arruinan una cinta que es un tanto predecible, sí que pueden disminuir el impacto de algunos momentos. Ahora, aquí normalmente pondría el vídeo de la escena sexual pero no puedo hacerlo directamente, así que si quieren revivir esa escena -no sé por qué alguien querría hacerlo pero pues mira tú-, den click aquí.

Vayamos un poco antes de la escena sexual. Vimos a la familia de Richard (el villano, interpretado por Michael Shannon) completa, siendo lo que podríamos definir como una familia modelo: Ambos padres, dos hijos (niño y niña), habitando en una casa típica de los suburbios estadounidenses:


La idea de que esta es un ejemplo de la considerada como "familia perfecta" se refuerza cuando vemos la ilustración que crea Giles (Interpretado por Richard Jenkins), en la cual se presenta justamente una familia, la cual posee los mismos integrantes e incluso ciertas similitudes con el grupo familiar del antagonista.


Por si no queda certeza de ello, recordemos que posteriormente le piden a Giles que cambie el color de la gelatina...




...y posteriormente, aparece la familia del villano y su esposa lleva una gelatina que tiene una forma y un color un tanto peculiar:


Esta información la retomaremos después. Volvamos al primer instante en que aparece la familia. En esa escena, vemos al personaje de Richard molesto y tras ello viene el acto sexual, el cual es bastante desagradable de ver. La razón de que sea un tanto grotesca no se debe a los cuerpos de ellos ni a la forma de ser filmada, sino a un par de acontecimientos que suceden durante ella: el sangrado en la mano de Richard y el momento en que le tapa la boca a su esposa, Elaine.


Ahora, antes de entrar al análisis de este momento en particular, es importante mencionar que a una amiga le pareció que era una parte que quizá sobraba un poco y tampoco era necesario. Fue justo cuando ella me mencionó eso que yo me puse a pensar sobre ella y llegué a las conclusiones que hoy convierto en esta entrada: esta escena era hasta cierto punto innecesaria o pudo haberse abordado de otro modo, sí, pero sigue teniendo varias funciones que ahora veremos.

La primera de estas utilidades que tiene dentro de la cinta es la de establecer algunos elementos de la personalidad de nuestro villano. En el momento en que le sangra la mano y su mujer le pide que se detenga para revisarse, él continua en el acto y procede a decirle que no haga ruido, callándola. Esto por un lado nos demuestra que es un villano imparable (similar a Anton Chigurh, de No Country for Old Men en ese aspecto), dado que no se detendrá para conseguir lo que quiere, llevándolo hasta sus últimas consecuencia.

No obstante, es importante contextualizar este momento dentro del film como un todo para comprender lo siguiente: en este momento, Richard ya conoce a nuestra protagonista, Sally, la cual es muda. Más tarde veremos que, en efecto, el villano está obsesionado con ella; lo importante es que en esta escena, cuando calla a su mujer de manera violenta y le dice que no emita ningún sonido, es posible que no se limite a ser un juego erótico, sino que sea un indicio de esta obsesión que el antagonista empieza a presentar respecto a Sally.

Ahora, la parte que posiblemente sea más importante dentro del mensaje que la película pretende darnos viene cuando comparamos esta escena sexual con la otra que se presenta más tarde, entre Sally y el "Amphibian Man". 

Esta escena también está en Pornhub. Chale.

Cuando revisamos ambas secciones, veremos que la de Richard es bastante repulsiva, mientras que la de Sally es enternecedora y emotiva (Cosa que no sólo digo yo, sino también los abuelos de una amiga mía). La cosa es que, siendo francos, la primera escena tiene los elementos de una relación sexual "normal": heterosexual, en una cama, con dos personas que son atractivas y, nuevamente, "normales". Por otra parte, la segunda es entre dos seres de distintas especies, siendo la humana "rara" a causa de ser muda; ocurre en un baño lleno de agua hasta el techo (literalmente) y no es lo que uno esperaría ver convencionalmente.

Inclusive en la escena del antagonista aparecen vestidos ambos -lo más que se muestra es un seno-, mientras que en la de Sally tenemos un desnudo total; esto podría darnos la idea de que la primer pareja busca siempre aparentar algo (inclusive en el sexo), mientras que la protagonista se centra en lo natural.

El hecho de que el segundo acto sexual sea más emocional que el primero, aun teniendo tantos elementos que chocan con lo "normal", se debe principalmente al manejo que da Guillermo Del Toro a ambas tomas, claro, pero esto va relacionado con el mensaje principal de la película y es aquí cuando vemos el genio de Del Toro al momento de montar un film.

Recordemos cuál es el tema base según palabras del propio director:


La enseñanza de la película viene a darse por medio de una pareja en donde los integrantes son excesivamente dispares (siendo de especies diferentes), por lo que funciona como analogía de parejas del mismo sexo, interraciales, etcétera y de qué lo importante en una relación es el amor puro y no la apariencia que dé. Es por ello que la "familia modelo" resulta en realidad disfuncional y desagradable, mientras que la unión de una chica muda y un anfibio humanoide es mucho más entrañable porque se aman. Las escenas sexuales están ahí para reforzar esta idea, al mostrarnos que incluso la intimidad no debe de ser convencional para ser placentera y que lo más importante es, a final de cuentas, el amor.