domingo, 5 de junio de 2016

El Extranjero - Albert Camus. O de cómo curar el insomnio

Hace algunos meses, me dejaron como tarea leer, resumir y hacer un análisis de la obra "El extranjero" de Albert Camus para la clase de ética. Si bien no me gusta leer por obligación, me sentí un tanto emocionado de leer un libro que es considerado un clásico de la literatura. Así que fui a la biblioteca, lo saqué y en un día lo acabé. Es un libro pequeño, de cien páginas aproximadamente y que además, fisicamente era pequeño en el tamaño de las hojas, por lo cual realmente no era mucho texto. Pero lo detesté. Pero es una buena obra. Que no volvería a leer. Aunque entiendo por qué es un clásico. Ay.

Mejor me explico.

Mientras que muchos libros se limitan a contarnos una historia con el afán de entretener o tienen una idea que se nos presenta sólo en momentos específicos, "El extranjero" es una obra cuyo fin es representar la ideología del autor, así como el movimiento filosófico y literario del cual se hace parte.

¿Y cuál ideología es esta? Lo principal que se nos quiere mostrar es el aburrimiento del hombre contemporáneo (De aquella época, claro), la monotonía, la infelicidad, la poca importancia que las personas podían llegar a tener en algunas ocasiones. Y tal como se lo propone, lo logra.

El problema radica en que al querer contarnos una historia sobre el aburrimiento, la monotonía y el fastidio, la obra acaba siendo aburrida, monótona y fastidiosa.

La historia nos cuenta la rutina de un hombre durante algunos días. Estos días nos sirven de preludio y reflejo de la vida de muchas personas. No obstante, hay un acontecimiento insólito que ocurre a mitad de la obra y justo cuando pensamos que valió la pena leer las hojas llenas de repetición de día tras días y va a empezar la parte más interesante... volvemos a otra rutina.

Soy una persona que sólo se ha quedado dormida leyendo dos veces: Una fue leyendo La Iliada, dado que no había dormido bien la noche anterior, estaba acostado y llevaba un buen rato leyendo. La segunda fue con este libro, hacia el final. Estaba bien descansado, sentado en mi sofá... Y me dormí.
¡Tiembla, Cloroformo! ¡Tienes competencia para dormir gente!

Este texto sacrifica una historia interesante, personajes por los cuales preocuparnos o situaciones con un mínimo de atracción hacia el lector, a cambio de presentarnos a la perfección -o casi- la ideología que se busca, de ser un referente para las personas que tengan interés en conocer el pensamiento de Camus sobre el ser humano de aquella misma época.

¿Entonces es una buena o mala obra? Esta es la pregunta que me da más vueltas en la cabeza.

Como obra filosófica, como reflejo de un grupo de ideas y pensamientos, es una obra perfecta, que nos expone las ideas sin restregárnoslas de forma obvia y haciendo que la sintamos cercana -Sin albur-.

Pero claro, luego recuerdo que hay obras como "1984" de George Orwell que tienen un trasfondo igual de complejo que mostrarnos y que consiguen mantener nuestro interés a lo largo del libro. Aunque es verdad que es muy difícil hacer divertida una obra sobre el aburrimiento.

Por su representación tan acertada del movimiento que propone, por su impacto y gran marca que dejó en el tiempo, además de ser un referente obligado, tiene mi respeto como obra filosófica. Pero por toooodos sus tiempos muertos, por el aburrimiento, la monotonía y PORQUE ME HIZO DORMIR SIN SUEÑO, es una obra que no recomendaría a menos que se buscase conocer el trasfondo. Si no, prefiero ver la pintura secar.

Finalizo de la misma forma que acabé mi análisis original (Que no le gustó mucho a la profesora porque dije que era aburridísimo. Equisdé). Sólo un consejo para las personas que quieran leer este libro: CAFEÍNA.

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